Con 35 años decidió colocar final a su carrera como futbolista profesional después de 16 años.  

Universidad Católica inició un histórico proceso que terminó en el único tetracampeonato de campeonatos largos en toda la historia del futbol chileno el año 2018, el cual tendría a la UC siendo campeones no solo el año 2018, sino que también los años 2019, 2020 y 2021.  

Justamente sobre el plantel que levantó el primer título de esta seguidilla al mando de Beñat San José, destaca el nombre del argentino Germán Voboril, quien a pesar de estar solo un año y medio en la precordillera, dejó buenos recuerdos en la parcialidad cruzada.  

En las últimas horas, el ex lateral, que jugó por Mitre desde mediados del año 2020 hasta fines del año 2022, decidió colgar sus botines y así lo dio a conocer en sus redes sociales, a través de una extensa carta en donde se acuerda de Universidad Católica.  

A continuación, te dejamos la carta de despedida de Voboril, quien, tras su salida de la UC a principios del año 2019, ha jugado por Universidad de Concepción, San Martín de Tucumán y CA Mitre. 

CARTA DE DESPEDIDA DEL FUTBOL PROFESIONAL:

Sería muy fácil arrancar por el 2 de septiembre de 2006, fecha en la cual debuté oficialmente como futbolista profesional, pero sería un error: la historia comenzó mucho tiempo atrás cuando mi abuelo, el Caio, me llevaba a jugar a Sportivo Alsina a mis 4 o 5 años. Después fue el tiempo de Agrupación Juvenil, de mi vieja haciendo malabares con su trabajo para buscarme en el colegio y llevarme a cancha de 11, de mi viejo estando en todos los partidos contra el alambrado. Mis hermanos se alegraron cuando la cosa iba bien y estuvieron a mi lado en los momentos no tan buenos. Mis amigos no me fallaron nunca porque para eso somos amigos. Sin Barbi no podría haber hecho esta carrera: se embarcó en todas las aventuras sin titubear y cargó con los chicos para todos lados. Y, desde que nacieron, jugué por y para mis hijos cada partido que me tocó encarar. 
 
La lista de agradecimientos es grande: 
 
A San Loreno, que me crió, me formó y me dio la oportunidad de cumplir el sueño de debutar en Primera División. 
 
A Godoy Cruz, que me permitió volver a confiar en mí y conocer un grupo espectacular. 

A Racing, que me adoptó desde el primer día. Fui un afortunado del vestuario que me tocó. 

A Newell’s, por dejarme vivir esa pasión que se respira en Rosario. 

A Universidad Católica, por darme la oportunidad de ser parte de esa hermosa familia. 

A Universidad de Concepción, por abrirme las puertas de un grupo humano de los que no abundan en este ambiente. 

A San Martín de Tucumán y a Mitre de Santiago del Estero, por mostrarme otra realidad y mantener intacta la pasión. 

A mis amigos que me regaló esta profesión, a mis compañeros, a los cuerpos técnicos que tuve y a toda la gente que me crucé en los clubes, porque sin ellos no sería nadie. Y a ustedes, los hinchas, el motor de los clubes, que me apoyaron en todo momento. No fue una decisión sencilla, pero estoy en paz porque me entregué por completo hasta el último día de mi carrera. 

Gracias por tanto, fútbol. Te voy a amar hasta el final de mis días.