Nicolás Castillo lideró la selección sub-20 que llegó al Mundial de la categoría el año 2013, hasta el momento la última en llegar a la cita mundialista.
Este 14 de febrero, Nicolás Castillo cumplió 30 años, justamente a una década de la última clasificación de Chile a un mundial sub-20, en aquel entonces, dirigido por Mario Salas y con un presente muy distinto a lo que se vive hoy en las selecciones inferiores de Chile.
En aquel entonces, Mario Salas logró clasificar a la selección sub-20 al Mundial que se jugó el año 2013 en Turquía, en donde había nombres como el de Brayan Cortes, Valber Huerta, Igor Lichnovsky, Christian Bravo, Diego Rojas, César Fuentes, Cristian Cuevas y Nicolás Castillo, este último el gran pilar de aquella generación.
Hoy, la selección sub20 vivió un proceso espantoso liderado por jugadores como Darío Osorio, Joan Cruz y Lucas Assadi, justamente los dos jugadores de Universidad de Chile son proyectados como las grandes caras de la selección chilena en un futuro, lo cual ya ha generado algún debate.
Así lo dejó ver el periodista Cristian Peñailillo, quien en su espacio de Agenda Matinal de Todo Es Cancha puso a Nicolás Castillo de aquella sub20 muy por encima del nivel que hoy muestras Darío Osorio y Lucas Assadi, quienes no lograron clasificar al mundial de la categoría y el año pasado pelearon hasta el final en la parte baja de la tabla con la U.
“Les falta mucho kilometraje a estos cabros, les faltan cazuelas, ganas, actitud y ganas. Tú miras la cara de Osorio y tiene cara de asustado. Ángelo Henríquez en su momento cuando sale al Manchester United le pega mil patadas, Nicolás Castillo en su momento cuando jugaba en la sub20 también”, disparó el periodista en su espacio en Todo Es Cancha a través de YouTube.
Recordemos que, en aquel entonces, Nicolás Castillo aún militaba en Universidad Católica y tras el mundial, fue comprado por el Brujas de Bélgica, elenco que desembolsó más de 4 millones de dólares por el 75% de la carta del delantero.
De ahí, Castillo estuvo en el viejo continente hasta fines del año 2015, en donde jugó por el Brujas de Bélgica, el Mainz de Alemania y el Frosinone de Italia. En 2016 decide volver a Universidad Católica en condición de préstamo para escribir su nombre en la historia del club con aquel recordado bicampeonato y de paso, se consagró bigoleador del futbol nacional.
