Faltando algunos meses para que termine la temporada, en Cruzados ya piensan en el año 2023.

Universidad Católica espera terminar de la mejor manera lo que resta de temporada, y esto sería poder asegurar lo más pronto posible un cupo a copa internacional para la temporada 2023 y así, empezar a armar el plantel idóneo para volver a pelear el título.

Aunque aún faltan algunas fechas para que concluya el torneo 2022, Radio Cooperativa ya dio a conocer que Ariel Holan buscaría un lateral izquierdo y un extremo para la próxima temporada, a lo que se le suma la firma de contrato por parte de los juveniles Bryan González y Luis Felipe Hernández.

Pero las gestiones de Cruzados no terminan ahí, ya que también deben ver las renovaciones, instancia en donde son varios los jugadores que terminan contrato, y aunque en su mayoría, se verán una vez terminado el torneo, ya hay uno que es prioridad.

Se trataría de Gonzalo Tapia, delantero sub 21 del club que firmó su primer contrato con Universidad Católica a fines del año 2019, y que en unos meses más podría partir libre del club.

La idea de Cruzados no es solo cerrar rápida su renovación, aún más cuando ha sonado fuerte una opción de partir a Europa, y por lo mismo, buscarían un nuevo contrato por varias temporadas y con cláusula de salida, algo muy similar a lo que en su momento pasó con Marcelino Núñez y Diego Valencia.

En estos últimos dos casos, Cruzados subió la cláusula de salida, pero también ofreció mejores condiciones a ambos jugadores, algo muy similar a lo que tendría que pasar con Gonzalo Tapia, jugador que aparece como el próximo jugador vendible de Universidad Católica.

Cabe señalar que, junto a Gonzalo Tapia, el resto de los jugadores que terminan contrato en Universidad Católica son Luciano Aued, Germán Lanaro, José Pedro Fuenzalida, Cristian Cuevas y Nicolás Peranic, más Alexander Aravena y César Munder, quienes deben volver de sus respectivos préstamos.