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El factor que claramente apunta a un movimiento táctico en la UC  

El último tetracampeón del futbol chileno ha empezado a enviar varias señales que apuntaría a un cambio de dibujo en 2023.  

La próxima semana arranca la pretemporada en Universidad Católica, en donde no solo se espera importantes cambios en los nombres que integrarán el plantel, sino también en el clásico dibujo táctico.  

En los últimos títulos conseguidos por el elenco precordillerano, a pesar de los cambios de técnicos, el equipo siempre ha mantenido un rígido 4-3-3, algo que esta temporada cambiaria radicalmente por un 3-5-2.  

Según varios trascendidos durante las últimas semanas, Ariel Holan ensayará este importante cambio en el dibujo táctico en la pretemporada con el afán de ya poder replicarlo en la temporada 2023, en donde el objetivo es hacer una buena Copa Sudamericana y pelear el título nacional.  

Si analizamos el presente de Universidad Católica y principalmente el mercado de pases, la UC ha enviado varias señales que nos apuntarían un cambio táctico, de hecho, hasta el momento no ha negociado ni sondeado ningún extremo, algo que ya habla por sí solo.  

Si vemos los refuerzos que ha apuntado la UC en este mercado, se confirmó la llegada de Byron Nieto y está muy cerca lo de Eugenio Mena, dos laterales bastante ofensivos que fácilmente podrían jugar en un 3-5-2 como carrileros.  

En la zona defensiva, ya cuenta con Branco Ampuero y Gary Kagelmacher, a quien con este cambio se le sumaría Alfonso Parot más nombres como el de Carlos Salomón o Cristóbal Finch entre los jugadores jóvenes. ¿La señal? Holan quiere a Guillermo Burdisso, sumando otro central de categoría en la zaga.  

El mediocampo es lo más lento que en el mercado, ya que en su momento sonó Lucas Menossi, nombre que no ha avanzado debido a que, hasta la fecha, aún no se tiene certeza de cuando Matías Dituro reciba su carta de nacionalidad. También se ha trabajo en el fichaje de César Pérez de Unión la Calera y el eventual retorno de Felipe Gutiérrez.  

En el ataque, la señal también es bastante clara, ya sin José Pedro Fuenzalida y un Gonzalo Tapia que sigue sin consolidarse, la UC sumó a Alexander Aravena, que suele jugar como centrodelantero y está en conversaciones con Franco Di Santo, es decir, a Fernando Zampedri se le sumarian dos “9” más.  

Por los costados, no se ha buscado ningún extremo, de hecho, el nombre de Leandro Fernández de Independiente realmente nunca interesó en la UC y fue simplemente presión de su entorno para que Universidad de Chile cerrará el acuerdo por dos temporadas.  

Si vemos el plantel, Clemente Montes y Gonzalo Tapia son los únicos extremos con reales oportunidades, bajándole el pulgar a un cuestionado Fabián Orellana. Tanto Tapia y Montes pueden jugar como delanteros de área, y si no se han buscado extremos, la señal es bastante clara.  

Con esto, Universidad Católica evidentemente está armando un plantel para jugar con un 3-5-2, algo que ya deberíamos empezar a ver en la pretemporada y en los amistosos ante equipos argentinos a jugarse durante el mes de enero. 

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