Universidad Católica utilizó la repesca por Alexander Aravena y el delantero dejará Ñublense.
Luego de un brillante 2022 en Ñublense, Alexander Aravena vuelve a Universidad Católica, destacando por sus once tantos en el torneo 2022, lo cual le permitió ser el mejor sub-21 de la temporada y dándole a Ñublense una histórica clasificación a Copa Libertadores.
Aunque en la precordillera celebran el retorno del prodigio delantero, en Ñublense es todo lo contrario, ya que saben que pierden a un jugador fundamental para la temporada 2023, en donde aparte de replicar lo que vivieron en 2022, también esperan hacer una buena Copa Libertadores.
Ya sin opciones de contar con Aravena, Ñublense empieza a buscar opciones en delantera para el año 2023 y uno que aparece es nada menos que un delantero formado en Universidad Católica, que incluso, compartió camarín con Alexander Aravena.
Se trata del delantero centro y extremo por izquierda, Matías Coronado (20 años), quien este 2022 estuvo en préstamo en Iberia de Los Ángeles y debe volver a Chillán para la temporada 2023, en donde hoy, debería nada menos que reemplazar a su excompañero en la UC.
Matías Coronado hizo las series inferiores en Universidad Católica, en donde compartió camarín con jugadores como Alexander Aravena, Nicolás Sepúlveda, Patricio Flores y Benjamín Iglesias, entre otros, pero tras no tener muchas oportunidades dejó la UC a principios del año 2020 y partió a Ñublense, en donde consiguió el ascenso aquella temporada y debutó en Primera A en 2021.
Durante su última temporada en Iberia de Los Ángeles, Matías Coronado jugó 16 partidos, siendo titular en 8 encuentros y solo aportó con un gol. Partió el torneo siendo suplente y culminó siendo titular en una irregular temporada del elenco azulgrana, que quedó octavo en el torneo de Segunda División Profesional.
Ahora, Coronado deberá demostrarle a Jaime García que puede ser una opción para el ataque de Ñublense en 2023, en donde llega solo con una temporada en Primera A, siendo esta el año 2021, en donde solo jugó cinco partidos, acumulando un poco más de 130 minutos, sin anotar ningún gol.
