Cinco jugadores charrúa han vestido la camiseta de la UC en la última década.

Walter Ibáñez: defensor central que llegó en 2015 a la UC con 30 años procedente desde Alianza Lima. Su estadía en la UC pasó sin pena ni glorias y al año siguiente volvió a tierras peruanas. Su último club fue Deportivo Maldonado de Uruguay el semestre pasado. Actualmente se encuentra libre.

Pablo Álvarez: lateral derecho que llegó junto a Ibáñez a Chile desde el Nacional de Uruguay. Con 30 años llegó para ser el reemplazo de un lesionado Stefano Magnasco, finalmente fue poco lo que jugó y aquella posición jugaron futbolistas como Michael Ríos, Claudio Sepúlveda o el mismo Magnasco. Al siguiente año vuelve a Uruguay a jugar por el Boston River donde sigue hasta la actualidad.

Matías Mier: llegó solo con 21 años a Universidad Católica tras una buena campaña en Peñarol por la Copa Libertadores, donde coincidentemente dejó fuera al cuadro precordillerano. Llegó el segundo semestre de 2011 y estuvo hasta el 2013 jugando por la UC y aunque jamás se consolidó de la forma que todos esperaban, ha sido uno charrúas más destacados que han pasado en el último tiempo en la Católica.

Después de la UC jugó hasta 2015 en Santiago Wanderers y actualmente milita en La Equidad de Colombia.

Matías Pérez: En 2012 llegó desde Santiago Wanderers a la UC para cubrir la banda izquierda de la defensa. En aquel entonces la UC contaba con laterales como Alfonso Parot, Fernando Cordero y José Martínez. Martin Lasarte simplemente no lo consideró al pasar las fechas. Se encuentra sin club desde el 2018.

Carlos Bueno: fue uno de los tantos delanteros que tuvieron una breve estadía en San Carlos en la última década. Llegó a principios del año 2013 proveniente desde el Querétaro y solo estuvo seis meses en Chile. Se retiró del futbol a principios de año en Cerro Largo con 39 años.